julio 2, 2018
Donar sangre: un acto sublime de solidaridad
- La donación de sangre es un acto sublime de solidaridad. Es un ejercicio de valores que merece ser reconocido y premiado por el Estado dominicano y toda la sociedad.
- Apelando a la seguridad de que quien dona sangre, dona vida y salva vidas, en poco tiempo tendremos una sociedad dominicana de donantes que estén educados en la importancia de donar con periodicidad.
- Espero que a partir de esta obra trascendental para la salud, el Hemocentro Nacional, a todos y todas en el país se nos oiga decir: «Dona Sangre, comparte vida, y así, mejora la salud de nuestro pueblo».
Amigos y amigas:
Desde la Vicepresidencia nos hemos involucrado con cerebro y corazón en los aspectos que tienen que ver con la calidad de la atención en salud, por una sencilla razón: estoy convencida de que una población saludable es más productiva y, por ende, puede alcanzar sus metas y aportar más al desarrollo del país.
La salud nos cuesta mucho, a todos.
Le cuesta a la familia que sufre al ver a uno de sus miembros con algún padecimiento, por pequeño que sea, o cuando no puede disfrutar de todas sus facultades; y sufre también económicamente, porque tiene que utilizar recursos para la recuperación del enfermo.
Le cuesta al Estado, porque la complejidad de cada proceso tiene un precio alto para la economía; lo que, a su vez, no permite que el Estado invierta el dinero destinado a la salud en las áreas donde más se necesita.
Le cuesta a la sociedad, que tiene que prescindir de las manos laboriosas de sus hijos e hijas, por situaciones que, muchas veces, se pueden prevenir.
Como vemos, este es un costo que va in crecendo de manera desproporcionada a la inversión y para afrontarlo, tenemos que emprender acciones contundentes, de índole transversal, que se conviertan en soluciones sostenibles a la situación de la salud en nuestro país.
Como Ustedes saben, parte importante de la problemática lo es la carencia de sangre y sus derivados.
Por eso, no hay día más propicio para presentar soluciones y reflexionar sobre este tema que hoy, día en que se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre.
La donación de sangre es un acto sublime de solidaridad.
Es un ejercicio apegado a la moral, un ejercicio de valores, que merece ser reconocido y premiado por el Estado dominicano y toda la sociedad.
Por una parte, porque constituye un noble gesto que nos une más como seres humanos y como dominicanos y, por otra parte, porque ayuda al Estado dominicano y los prestadores de servicios de salud, a salvar y/o mejorar las condiciones de vida de los dominicanos y las dominicanas.
Las transfusiones de sangre y sus derivados ayudan a salvar millones de vidas al año.
Sin embargo, soy consciente de que, por muchos años, hemos padecido las trabas contra quienes, con su generosidad, quieren hacer donaciones de sangre.
Hoy en día, es el paciente quien tiene que esperar ese preciado líquido que es la sangre, y no al revés.
Deberíamos tener suficiente sangre para que ningún paciente en el país tenga que esperar y, lo que es peor, fallezca por no tenerla a tiempo.
Hace años viví en carne propia que la falta de sangre en el país era un problema que había que resolver, sin más dilación. Pero debo reconocer, que quién más me hizo comprender lo extrema de esta carencia fue el doctor Sócrates Sosa.
El doctor Sosa visitó mi Despacho al poco tiempo de asumir como Vicepresidenta de la República y me esbozó, con lujo de detalles, el impacto que tenía la carencia de sangre en la salud de los dominicanos y, sobre todo, por qué era un factor clave en un alto porcentaje de los fallecimientos en nuestros hospitales.
Pero, además, comprendí el alto costo que tenía para el Estado y para las familias dominicanas, el simple hecho de que nosotros, como administración pública, no hayamos tomado las acciones correspondientes para solucionar el problema.
Gracias a Dios, con el apoyo del Ministerio de Salud Pública, en un trabajo ejecutado por el equipo de la Dirección Técnica del Gabinete Social, logramos que el Banco Interamericano de Desarrollo se interesara en financiar la construcción del Primer gran Hemocentro Nacional, que en pocos meses ya será una realidad.
La infraestructura que estamos construyendo en la Ciudad de la Salud, en Santo Domingo Norte, ya tiene un avance de 95%, y ha sido concebida y edificada cumpliendo los más altos estándares de calidad a nivel mundial, y la misma será entregada por la constructora en los próximos días, para que podamos proceder al equipamiento e inicio de todas las acciones previas a su puesta en operación, por parte del Ministerio de Salud, bajo el liderazgo del equipo del eficiente doctor Hernandez y el recién nombrado Ministro de Salud, quien ha puesto todo su interés en apoyarnos de manera incondicional.
Este hemocentro Nacional, que Dios mediante en este año abrirá sus puertas, ha conllevado un muy intensa y arduo trabajo. Ha sido fruto de la tenacidad y la perseverancia créanme.
Este era un sueño no solo para los galenos del país sino también una necesidad imperiosa y muy sensible tanto para la población de más escasos recursos, como para todos en el país, porque si hay algo que nos hace a todos iguales es que, sin importar su condición, en todos los seres humanos nos corre sangre por las venas.
El Hemocentro Nacional cuenta con áreas modernas de laboratorio, tipificación de sangre, extracción y flujos, así como almacenes especialmente diseñados para satisfacer la alta demanda que existe y que crecerá y constituye el inicio de la solución a la falta de sangre en nuestro país.
Se estima que la demanda actual es de 180 mil unidades de sangre en todo el país, por año. Con este Hemocentro, estaremos supliendo 111 mil de estas unidades y en lo sucesivo daremos inicio a la construcción de Hemocentros Regionales que completarán la demanda.
Soy optimista y creo que, en un par de años, el territorio dominicano dispondrá de toda la sangre que requiere su sistema de salud, una realidad que impactará positivamente todos nuestros indicadores de salud.
Ni el paciente, ni el médico, ni el especialista, ni la enfermara, tendrán que esperar por sangre, para salvar vidas.
Amigos y amigas:
Es evidente que el Hemocentro necesita convertirse en un repositorio de sangre, para cumplir su función.
Por ello, un componente esencial del trabajo a realizar, es promover la donación de sangre entre los ciudadanos.
Yo creo que el lema “date a los demás, dona sangre, comparte vida”, nos ayudará a impulsar la donación, no solo apelando al valor del altruismo y la solidaridad de los demás.
Sino también apelando a la norma social, esto es, que la donación sea reconocida como un acto que los demás aplauden y reconocen, para que así se genere un sentimiento de orgullo propio cuando se ejerce el acto de la donación.
¿Qué quiero decir con esto?
Estoy pidiéndole a nuestro equipo de trabajo que diseñe una propuesta, que una a todos los sectores de la sociedad para premiar la donación de sangre y reconocerla como un acto que merece una recompensa, no necesariamente pecuniaria.
Por ejemplo, propondríamos al Presidente de la República que, por medio al Ministerio de la Administración Pública, los empleados públicos reciban una tarde o un día libre, por el acto de donar.
Con el Consejo Nacional de la Empresa Privada, promoveríamos acciones parecidas, para que el sector privado también incentive el acto de donar sangre.
Para los estudiantes de cuarto de bachillerato, se podría reconocer como parte del servicio comunitario, la donación de sangre, como también a los estudiantes universitarios, se les puede reconocer como un crédito en alguna materia.
Me parece a mí que son acciones que, apelando al orgullo propio, al reconocimiento social y a la seguridad de que quien dona sangre dona vida y salva vidas, en poco tiempo tendremos una sociedad dominicana de donantes, que estén educados en la importancia de donar con periodicidad.
Apreciados amigos y amigas:
Muchos saben que soy una aspirante a médico que se decantó por estudiar derecho a última hora.
Sin embargo, mis acciones hablan de la pasión que siento por el sector salud, de mi compromiso con solucionar los grandes retos que enfrenta el sector y, sobre todo, del apoyo que quiero otorgar a los que trabajan a favor de la salud.
No se me escapa que donar sangre no es solo el hemocentro, no es solo una campaña de comunicación, no es solo tener unidades móviles o alianzas público-privadas.
Es mucho más. Es hacer que la cultura de la donación forme parte de las costumbres del dominicano.
Creo que este encuentro va en esa línea. Conocer la experiencia de Nicaragua y de otras partes de la región será muy productivo en el momento en que estamos.
La consigna no debemos olvidarla, que el paciente no tenga que esperar por sangre, no importa si está en Santo Domingo o si está en Montecristi, es nuestro deber asegurar que reciba el preciado líquido y sus derivados, en el momento oportuno.
Que a partir de esta obra trascendental para la salud, el Hemocentro Nacional, a todos y todas en el pais se nos oiga decir Dona Sangre, comparte vida y Así mejorar la salud de nuestro pueblo.
¡Muchas Gracias! Bendiciones.