agosto 10, 2016
Políticas alimentarias que cierran brechas
Discurso pronunciado por la Excelentísima Señora Vicepresidenta de la República Dominicana, en el acto de apertura del primer taller regional para la promoción de la fortificación del arroz en América Latina y El Caribe.
- Si hay un país donde se come arroz, es en la República Dominicana. Aquí el consumo ha pasado de 340 mil toneladas al año en 1990 a más de 600 mil toneladas en el año 2015,casi el doble.
- La fortificación del arroz resulta ser una estrategia vital, para hacer más eficiente la lucha en contra del hambre y la desnutrición.
- El desperdicio de los alimentos que se verifica por cuestiones relacionadas con transporte, almacenaje y patrones de consumo es un gran desafío y es una tarea pendiente, para el logro del conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Señor Miguel Barreto, Director Regional del Programa Mundial de Alimentos;
Señora Lauren Landi, Directora Global de Nutrición del Programa Mundial de Alimentos;
Señora Mercedes Rodríguez, Viceministra de Salud Colectiva del Ministerio de Salud Pública;
Señor Héctor Medina, Subdirector General de Progresando con Solidaridad;
Invitados internacionales;
Invitados especiales;
Amigos y Amigas:
Reciban Ustedes la más cálida bienvenida a este primer taller regional para la promoción de la fortificación del arroz en América Latina y El Caribe, el cual se enmarcaen un conjunto de acciones que hemos venido desarrollando, con el mayor interés de mejorar la situación nutricional de nuetros ciudadanos y ciudadanas.
Si hay un país donde se come arroz, es en la República Dominicana. Aquí el consumo ha pasado de 340 mil toneladas al año en 1990 a más de 600 mil toneladas en el año 2015, casi el doble.
Al igual que en nuestro país, el arroz es parte esencial de la canasta básica de muchos países de América Latina y El Caribe, razón por la cual, es importante que abordemos de qué manera podemos aprovechar esa circunstancia, para asegurar una buena nutrición a nuestros ciudadanos, como parte de la Seguridad Alimentaria y el compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
No me cabe dudas de que la seguridad alimentaria es clave para el desarrollo y la supervivencia del mundo en que vivimos.
Justamente la semana pasada llevamos a cabo una amplia discusión sobre la seguridad alimentaria, y el respeto al medio ambiente, en el marco de la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en el país, donde se acordaron importantes medidas para promover el derecho a la alimentación en la región.
Considero que el evento que nos reúne hoy, viene a sumar a esas iniciativas que ha emprendido América Latina, para poner fin a la mala distribución de las riquezas que producimos, y que han llevado beneficio a unos pocos, en detrimento de las mayorías.
Cientos de millones de personas están en desnutrición y hambruna, mientras en el mundo se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimentos al año, suficientes para erradicar el hambre.
El desperdicio de los alimentos que se verifica por cuestiones relacionadas con transporte, almacenaje y patrones de consumo es un gran desafío y es una tarea pendiente, para el logro del conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Si no trabajamos por seguridad alimentaria caeremos en un ejercicio de irresponsabilidad, frente a la gran oportunidad que la era actual nos otorga.
Vivimos en un momento histórico donde se verifica el más profundo y vertiginoso desarrollo tecnológico jamás visto, y disfrutamos de un amplio período de relativa paz y generación de riquezas, suficientes para concentrarnos en combatir los rezagos en el desarrollo social, que resultan ser apremiantes.
Por eso felicito la determinación con la cual el PMA ha emprendido la batalla en contra de los cambios dramáticos que se observan en el perfil nutricional y epidemiológico de la población en la región.
El aumento del sobrepeso y la obesidad, gran enfermedad del siglo XXI, ha venido acompañado de una persistencia en las carencias nutricionales.
Es decir, quienes se están alimentando, están comiendo demasiado y lo están haciendo mal.
Cualquier alternativa que pueda desarrollar la ciencia para enfrentar las carencias nutricionales, es vital, en un momento en el que el mundo está amenazado por la inequidad, la inseguridad y las consecuencias del cambio climático y los daños al medio ambiente.
En la República Dominicana estamos apostando al arroz fortificado. Desde el Ministerio de Agricultura se realizan ingentes esfuerzos para apoyar nuestros productores y acompañar la industria, para lograr un arroz con una mayor calidad y fortificado.
Por nuestra parte, gracias a un convenio interinstitucional dentro de la Alianza contra la Pobreza, desde el 2013 a la fecha, la alianza Sanar una Nación con CITIHOPE International, Fundación Rica y otras instituciones, ha entregado a la Vicepresidencia de la República más de 400,000 libras de arroz fortificado que ha sido donado a través de PROSOLI a asilos de ancianos, orfanatos, hospitales públicos, adolescentes y mujeres embarazadas, familias PROSOLI, personas que viven con VIH, niños en situación de calle, personas con discapacidad, juntas de vecinos, fundaciones e iglesias aliadas al programa.
Los resultados han sido extraordinario, mejorando considerablemente la nutrición de los beneficiarios.
Abogo porque nuestra integración regional apunte hacia acciones como esta, que mejoren el día a día de nuestra población más necesitada, y no hay necesidad más básica y perentoria que la de tener alimentos en la mesa, con la oportunidad y calidad requerida.
Distinguidos colegas:
El taller al que asistimos hoy, es el primero a nivel regional y el segundo de su tipo en realizarse a nivel global.
Es importante que podamos discutir las evidencias científicas que sustentan el uso del arroz fortificado, que podamos compartir las experiencias de nuestros países en esta materia y que facilitemos el intercambio de informaciones entre nuestras instituciones, de manera que se pueda crear una red capaz de propiciar mayores esfuerzos nacionales para la fortificación del arroz, en beneficio de nuestros pueblos.
Con las acciones que resulten de este evento, podremos dar respuesta a la situación existente en micronutrientes en la región, fortaleciendo los marcos conceptuales que apoyan la fortificación del arroz, a la vez que compartimos los conocimientos tecnológicos en la materia.
Es parte del compromiso que hemos asumido todos, de llevar igualdad, inclusión y bienestar a nuestros países.
Como Vicepresidenta, como Embajadora extraordinaria de la FAO, como ciudadana; siento gran preocupación sobre la seguridad alimentaria de mi país y del mundo.
Me entristecen sobremanera las dificultades que muchos tienen para obtener alimentos y/o para garantizar la nutrición adecuada de sus hijos.
Me preocupa, porque conozco muy bien las consecuencias de negar el derecho a una alimentación adecuada a un niño o niña.
Con una mala alimentación, le estamos negando el derecho a la salud, a la educación, a tener la misma oportunidad que sus pares, a construir su futuro y hacer realidad sus sueños.
La fortificación del arroz resulta ser una estrategia vital, para hacer más eficiente la lucha en contra del hambre y la desnutrición, que son injusticias que desdicen de la capacidad de los seres humanos de ser solidarios, y por el contrario, dejan entrever la insensibilidad, el egoísmo y la deshumanización a la que hemos llegado.
Como ha dicho John Stuart Mill, “no existe una mejor prueba del progreso de una civilización que el progreso de la cooperación”.
Reunir a representantes de la región en la mesa de discusión, aporta al objetivo de una mayor cooperación, para que nos beneficiemos de las grandes ventajas que resultan de trabajar unidos, propiciando el progreso social y el bienestar de todos, sin importar su ciudadanía.
Reciban en nombre del Presidente Danilo Medina y del mío propio, el mayor reconocimiento por su labor.
Agradezco a todos los participantes de este importante taller. Espero que tengan la oportunidad de disfrutar de nuestro calor caribeño, de nuestra hospitalaria sonrisa y que puedan probar un buen locrio dominicano.
Quiero que sepan que pueden contar con nosotros hoy y siempre, porque solo unidos podremos construir un mundo justo y solidario, que es lo que todos y todas aspiramos.
Que en cada uno de nuestros países, la paz y la prosperidad se cuenten como granos de arroz y que nuestra población cuente siempre con alimento oportuno, arroz fortificado y nutrición adecuada.
Muchas Gracias. Dios les bendiga.