Su madre lo lleva todos los días a los #EspaciosdeEsperanza en #Baní, porque dice que ese espacio ha sido una verdadera esperanza, no solo para su hijo, sino para toda su familia. Antes de empezar el programa, no respetaba a los mayores y era bien desafiante.
Ahora, su hijo todos los días le lleva un dibujo a cada miembro de su familia y la última vez que fue, sorprendió a su madre diciéndole: “no puedo ser mal criado”.
Ella pensaba que si tocaba una computadora la podía dañar. Su madre, Dania Presinal, sufría al ver a su hija retrasada en la escuela por no saber usar ningún programa de Office.
Ambas tomaron una decisión muy importante en sus vidas: inscribirse en un taller de alfabetización digital que imparten en el #CTC de #Sombrero #Bani. Cuando aprendieron a utilizar la computadora superaron un gran obstáculo para su progreso.
La vida de Modesta Soto cambió. A la edad de 50 años supo de los cursos radiales que imparten en los Centros Tecnológicos Comunitarios #CTC, y se inscribió. Dice que “nunca es tarde cuando la dicha es buena”, y tuvo razón.
Hoy es una de las principales voces de Radio #CTC, junto con su maestra doña Carmen.
“El día que no pueden traernos lloramos”. Estos hermanitos disfrutan pasar tiempo en la Biblioteca del #CTC, donde Liobelín y Sebastían han aprendido a leer y escribir.
Liobelín cuando sea grande quiere ser maestra y enseñar a otros lo que aprendió y Sebastián, casi sin dejar hablar a su hermana de la emoción por contar sus sueños y anhelos, nos dice que su sueño es ser profesor de “suma y resta”.
Esta joven de 33 años de edad vive con la esperanza de poder conseguir un trabajo. A pesar de que sus piernas están atrofiadas, Elizabeth no vio su condición física como un obstáculo y hoy es licenciada en Ingeniería Industrial.
Ahora cursa su segunda carrera en Educación, gracias a la vocación que siente de enseñar a otros, inspiración que obtuvo dentro de una cabina de radio en el Centro Tecnológico Comunitario #CTC, de #SanCristóbal.
Desde que empezó a participar del programa Progresando con Solidaridad a través de un curso de peluquería, su vida no es la misma. El rostro de esta joven empredendora evidencia el sentimiento de triunfo y orgullo personal.
Cuenta que antes no sabía hacer nada y solo cocinaba para su familia, o se dedicaba a la casa, pero ahora se siente toda una empresaria, y gracias a los ingresos que ha adquirido a través de su salón, hoy su familia tiene una casa propia.
Su esposo, Milito Galván fue diagnosticado con una enfermedad degenerativa que lo obligó dejar su trabajo para someterse a un tratamiento en Santo Domingo.
Un enlace visitó la casa de esta familia para informar sobre un curso de masajes. Santa lo tomó sin pensarlo dos veces. Hoy esta familia ha podido mejorar su calidad vida.
Por esa razón es que José Antonio desde el año 2002 se dedica a ser enlace del Programa Progresando con Solidaridad.
Dice que su vida no es la misma desde el día que un enlace se sentó en la sala de su casa para explicarle los siete componentes del programa, por eso tomó la decisión de pertenecer a esa iniciativa que cambia vidas.
Dedicarse a la bisutería fue lo que le dió un giro a su vida y a la de toda su familia. Hoy Alma Iris tiene un puesto de venta de accesorios en el frente de su casa, donde todas las mañanas se dedica a venderlas.
Cuenta que gracias a ese taller su mente “se abrió”. Al ver lo mucho que ha progresado, se motivó a terminar el bachiller. Ya hoy está en cuarto de bachillerato y espera poder ingresar a la universidad.
Don Mario nos contó, cuando visitamos su casa en el Seybo, que gracias al programa PROSOLI de la Vicepresidencia, ha podido cumplir su principal meta en la vida: ver a sus hijos capacitados para el progreso.
Hoy sus cinco hijos, han hecho al menos un curso de capacitación en el CCPP . “La más pequeña concluyó recientemente el curso de inglés”, nos dijo con orgullo.
Dice que hay muchas personas que tienen menos que él y emprenden negocios, proyectos y no detienen sus planes, una pierna no es nada …
Don Julio les inculca dia a dia a sus hijos el valor del trabajo y de la perseverancia, sus hijos admirados y orgullosos de su padre hoy le ayudan en su negocio y ven en él un ejemplo de superación.
María Caridad Reynoso es el nombre de una mujer luchadora, que nunca acepta un “no” como respuesta, para quien las limitaciones para poder llegar al CCPP de San Francisco de Macorís, no fueron un obstáculo.
Porque su deseo de aprender fue más fuerte que su dificultad….Maria Caridad se dió cuenta de que la capacitación era su oportunidad para mejorar su calidad de vida y se comprometió en alma , cuerpo y mente.
Entre tablones de madera, debajo de un techo de Zinc, esta joven de 33 años, elabora y decora velones aromáticos para vender.
Dice que antes de conocer los cursos que se imparten en los centros de capacitación de la Vicepresidencia (CCPP), se sentía estancada. Sin embargo, esta madre soltera superó sus limitaciones y ataduras, emprendiendo un viaje sin regreso hacia el progreso.
Delfina Contreras, con su nuevo trabajo provee un mejor sustento para sus tres hijos, y tiene en sus manos una promesa de progreso, una mejor calidad de vida…Hoy Delfina se dedica tiempo completo a confeccionar y vender cortinas, adornos para la casa, cubre camas, etc.
Cuando no está detrás de una máquina, es porque está frente a cientos de participantes del programa Progresando con Solidaridad, trabajando como enlace. Porque ella entiende que debe devolver todo ese apoyo y ese amor que recibió.
Su extrema pobreza lo obligó a vivir dentro de una cueva en Juanito. Pudo salir de ahí con las ayudas sociales de la Vicepresidencia a través de la tarjeta de Solidaridad.
Toro Lindo se decidió a triunfar, y se inscribió en el Centro de Capacitación de #ProSoli de Bayaguana para tomar varios cursos de repostería. Con esos conocimientos se animó a iniciar un pequeño negocio de producción y venta de dulces.
“La fuerza de creer que podía, me ha permitido ir superando obstáculos y así he ido encontrando puertas que abrir.
He sido papá y mamá para mis 6 hijos y he podido levantarlos con limitaciones pero con dignidad. Ahora veo otro horizonte para mi nieto de 4 años, Yeire.
Miriam no tenía un plan, y no había pensado en una ruta de progreso, hasta que un enlace del programa Progresando Con Solidaridad la visitó y la motivó a tomar el curso de costura que imparte el programa a través de sus Centros de Capacitación.
Al capacitarse descubrió su pasión por el hilo y la aguja. Hoy orgullosa nos cuenta que desde que inició su negocio ha conseguido tantos clientes que no le da tiempo ni para el café.
Yo le agradezco a #PROSOLI ese respaldo que me permitió empoderarme para brindar a mis hijos y a mí, una vida de armonía y paz.
No guardo rencor, ni tristeza en mi corazón, pero he aprendido que el valor del respeto por uno mismo, trae consigo una promesa de progreso. Y esa promesa se ha cumplido en mi vida.
Yereni hizo el curso de costurería como oyente en uno de los CCPP debido a que las vacantes se habían completado. Sin embargo, al escuchar lo que se impartía en este espacio supo que su vocación era coser y decorar las casas.
Con el tiempo y mucho esfuerzo Yereni pudo comprar su propia máquina de coser sin deberle a nadie.
Para Genara, tiempo atrás, su mejor amiga era la escoba y no salía de su casa por ningún motivo, puesto que su esposo no la dejaba hacer nada que no sea el darle de comer a él y a sus hijos.
Sin embargo, un día su enlace le habló de un taller de repostería que implementarían en el #CCPP de San Rafael de Yuma y ella “se le zapateó” a su esposo diciéndole: “haré ese curso y si no te gusta amárrame”.
Con solo 30 años de edad, María del Carmen tiene seis proyectos de vida que son sus hijos, a quienes ha tenido que educar y mantener sola.
Hoy en día, ella es enlace de nuestro programa y menciona que gracias a que forma parte de esta “familia” (como ella dice), ha podido asumir una actitud positiva ante la vida.
La crisis económica que se vive hoy en día no hizo una excepción con ella. Ella nos cuenta mientras secaba las lágrimas de su rostro, que lo que vendía no le daba a veces ni para comprar las tres comidas del día.
Su enlace la motivó a que se inscriba en uno de los talleres de emprendedurismo que imparte la #VP y gracias a eso pudo aprender a administrar las ganancias de su negocio de paletería.
Las piernas de Fiorkis no se desarrollaron bien, razón por la cual, esta joven durante muchos años creyera que su vida no servía para nada y que las personas con su misma condición eran un peso para la sociedad.
La forma en la que esta joven cambió su forma de ver la vida fue cuando su enlace la visitó y la convenció en hacer un curso de peluquería.
Garina afirma que lo que más le apasiona es embellecer a las personas.
Gracias a un taller de peluquería que recibió en uno de los CCPP, pudo aprender todo lo que necesitaba, con el fin de instalar su propio negocio de estética en la sala de su casa.
Sus manos arrugadas y maltratadas han dejado la tierra para sostener una tiza. Comenta que su gran logro fue tomar la decisión de aprender a leer y a escribir para continuar sus estudios hasta ingresar a la Universidad y, de esa manera, ser profesional en Pedagogía. Su pasión es enseñar a otros lo que él aprendió.
Lesucita reconoce que la vida le ha dado varios golpes. Uno de ellos fue cuando su esposo, el único sustento económico para su familia, se quedó sin trabajo y tuvo que volver a casa.
Ella reconoce que lo último que se pierde es la ESPERANZA, por eso tomó la decisión de capacitarse en el taller de Emprendimiento que ofrece el programa Progresando con Solidaridad, del cual ella y su familia se benefician gracias a su madre.
Geraint, de 25 años es madre soltera, al integrarse a Progresando con Solidaridad, aprendió el oficio de herrería, siendo la única mujer del grupo. Hoy es un motivo de orgullo para todos en Villa Mella.
Después de capacitarse en Progresando con Solidaridad, su positivismo y su habilidad para los negocios la llevaron a poner su propio colmado en la galería de su casa, en el Municipio de Guerra en Santo Domingo. Sus hijos están orgullosos de su joven y luchadora madre.
Julia cayó en una depresión cuando la abandono su marido, descuidando por completo a sus hijos, Un enlace de Progresando con Solidaridad la orientó y la motivó a participar en las Escuelas de Familias, desde ese momento su vida y las vidas de sus hijos cambiaron por completo.
La familia Ramírez consume lo que cosecha en el pequeño patio de su vivienda. Al entrar a los programas de Prosoli, el Sr. Ramírez se capacitó en Agricultura y hoy en día vende en su comunidad en San Cristóbal, frutos y víveres cosechados en su huerto y como orgullosamente comenta “todos comemos de aquí”.
Mercedes se capacitó a través de los centros Progresando en pintura en frío, destacándose por su excelente trabajo. Hoy tiene su tienda propia para el sustento de su familia. Si deseas decorar tu casa u oficina con una hermosa obra de arte, llega a Los Pomos en La Vega y procura a Mercedes.
Así sucedió con Santa Lupe del Carmen, quien cambió su vida de carencias y tormentos mediante la capacitación en un centro Progresando, donde aprendió costura, y con la ayuda de toda su familia montó su taller donde todos tienen un rol asignado. Si estás por San Pedro de Macorís, vé a Consuelo y visita el taller de Lupe.
Yudilsa se capacitó en cocina en el centro Progresando y poco a poco, con dedicación y constancia levantó su negocio. Inició vendiendo Pollo Frito, hoy en día agregó arroz, espaguetis, yuca, tostones y deliciosos pastelones a su menú. Todos en La Canela de Santiago disfrutan la deliciosa cocina de esta “reina del sazón”.
Alandra Margarita es una joven de 21 años que se capacitó en emprendimiento, mercadeo e informática en el CCPP de Villa Mella, como parte de la estrategia #CapacitandoParaElProgreso de @Vicerdo. El aprendizaje adquirido le permitió obtener un empleo digno, lo que, según sus propias palabras, “cambió radicalmente su vida”.
Paola forma parte de los #JovenesLíderes de la Vicepresidencia desde los 17 años. Por ser miembro de una familia de Progresando con Solidaridad, ha asumido voluntariamente la tarea de ayudar a otros jóvenes a encontrar su propio camino y ayudar a los demás. “Ser un joven líder me permite ayudar a los demás y ser útil para la sociedad”.
Como facilitadora de uno de los 94 Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC) que la Vicepresidencia ha instalado en todo el país, Paulina ayuda a jóvenes en comunidades vulnerables o apartadas, para que a través del acceso a las #TIC, puedan emprender proyectos, recibir conocimientos, conectar con otros jóvenes con sus mismos intereses y, más que nada, aportar al desarrollo de su comunidad.
Pameli acompaña a su madre Paulina en todas las reuniones de orientación a los jóvenes líderes. La comunidad la reconoce como una niña ejemplo, debido a que ha tenido la oportunidad de recibir las orientaciones en valores con solo ocho años de edad. Muchos la ven como una esperanza de progreso para la comunidad.
Esta madre soltera de 4 hijos conoció #CapacitandoParaElProgreso cuando asistió a una de las Escuelas de Familia que realizan cada mes los beneficiarios de Progresando con Solidaridad. Glenny se entusiasmó y se inscribió en los cursos del CCPP de Azua, donde aprendió a confeccionar colchas y cortinas. Hoy por hoy, afirma que con cada puntada, “mantiene a su familia con trabajo tesonero, dignidad y empeño”.