Miriam no tenía un plan, y no había pensado en una ruta de progreso, hasta que un enlace del programa Progresando Con Solidaridad la visitó y la motivó a tomar el curso de costura que imparte el programa a través de sus Centros de Capacitación.
Al capacitarse descubrió su pasión por el hilo y la aguja. Hoy orgullosa nos cuenta que desde que inició su negocio ha conseguido tantos clientes que no le da tiempo ni para el café.