Historias de Progreso

Santa Reyes

Su esposo, Milito Galván fue diagnosticado con una enfermedad degenerativa que lo obligó dejar su trabajo para someterse a un tratamiento en Santo Domingo.
Un enlace visitó la casa de esta familia para informar sobre un curso de masajes. Santa lo tomó sin pensarlo dos veces. Hoy esta familia ha podido mejorar su calidad vida.

“La falta de recursos no nos impide luchar”