Desde que empezó a participar del programa Progresando con Solidaridad a través de un curso de peluquería, su vida no es la misma. El rostro de esta joven empredendora evidencia el sentimiento de triunfo y orgullo personal.
Cuenta que antes no sabía hacer nada y solo cocinaba para su familia, o se dedicaba a la casa, pero ahora se siente toda una empresaria, y gracias a los ingresos que ha adquirido a través de su salón, hoy su familia tiene una casa propia.